El conflicto de Oriente Medio tiene sus raíces en diversos acontecimientos históricos y políticos. Una causa central reside en las reivindicaciones territoriales basadas en lazos históricos y religiosos. Especialmente la zona que rodea a Israel y Palestina está en el centro del conflicto, ya que ambos pueblos reclaman el mismo territorio.
El conflicto entre Israel y Palestina tiene profundas raíces que se remontan muy atrás en la historia. En esta región siempre han convivido diferentes grupos religiosos y étnicos. Los principales actores del conflicto suelen ser judíos, musulmanes y cristianos. Las diferencias religiosas están muy arraigadas e influyen mucho en las identidades y opiniones de los habitantes de la región.
La política israelí de asentamientos comenzó tras la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel conquistó territorios como Cisjordania y la Franja de Gaza. Israel comenzó a construir asentamientos en estas zonas, que se consideran territorios ocupados. Los asentamientos son comunidades habitadas y administradas por israelíes, y a menudo están fuertemente fortificados.
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